01 de enero

Biblia en 365 Días
Génesis 1-3
Génesis 1
La primera frase del Libro de Génesis es una interpretación del hecho de que "lo que se ve no se ha hecho de las cosas que aparecen" (Hebreos 11: 3), y da cuenta de las cosas que se ven. Todo el capítulo, y, de hecho, toda la Escritura posterior, debe leerse a la luz de esta declaración en cuanto a los orígenes. Esta oración es seguida inmediatamente por una declaración, sin detalles, de un cataclismo que alcanzó la tierra. Luego procede a mostrar cómo el Dios que creó, restauró la tierra a la fecundidad y al orden. Dios se revela aquí en el triple hecho de su existencia. La tierra caótica se ve sostenida en el abrazo del Espíritu, a quien se describe como meditándolo. La Palabra de Dios se escucha expresando la voluntad de Dios. De este modo, se ve a Dios hablando con el propósito de Su mente en palabra y haciendo Su voluntad a través de la actividad del Espíritu.
El propósito de este proceso de restauración se ve en la creación de un ser completamente nuevo, el hombre. Este ser se revela como teniendo una relación directa con Dios, siendo hecho a Su imagen y semejanza. Aquí no se declara la verdad más profunda sobre la naturaleza del hombre, la de su espiritualidad. Por consiguiente, aquí no se hace referencia a su naturaleza moral, excepto porque ambas cosas pueden estar implicadas en el hecho de su ser a imagen y semejanza de Dios. El capítulo revela un universo arraigado en el pensamiento y la actividad de Dios, y del hombre como su descendencia. La aceptación de estas declaraciones le da a la mente un sentido de la majestuosidad de todo ser, creando así un fondo radiante contra el cual se verá y comprenderá con mayor claridad la oscuridad de la historia posterior. Cualquier otra visión del universo y del hombre no logra comprender la verdadera naturaleza del mal.
Génesis 2
Este capítulo nos da una descripción más completa del hombre. Tres movimientos distintos se encuentran narrados en el breve pero exhaustivo relato.
Primero, "Dios formó al hombre del polvo". La palabra hebrea "formado" sugiere la figura del alfarero, moldeado a la forma, material ya existente. Es un hecho científico que todos los elementos de la vida física del hombre se encuentran en el polvo de la tierra.
Segundo, "Dios sopló en sus narices el aliento de la vida". Este es el último acto divino, misterioso e incomprensible, que indica la comunicación al polvo, de la vida misma de Dios.
Finalmente, "el hombre se convirtió en un alma viviente". La palabra "nephesh", aquí traducida como "alma", se refiere a la personalidad completa. Este ser se encuentra ahora en un entorno que exige su cuidado y cultivo. Su relación como sujeto a la soberanía de Dios se simboliza sacramentalmente para él en un árbol. Solo puede cumplir la función más alta de su ser solo cuando está viviendo y actuando dentro de la voluntad de Dios. Por acción sobrenatural, el hombre se completa en la mujer. Aquí la declaración es más significativa. "Dios creó al hombre a Su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó" (Génesis 1:27). En Dios están la paternidad y la maternidad, la paternidad y la infancia. Este gran capítulo sobre la naturaleza humana lo revela idealmente en su relación con Dios en su ser y en su propósito. El significado final de esto no se revela aquí y se conocerá solo en las edades venideras, cuando, más allá de todo fracaso, se cumplan el pensamiento y el propósito divinos.
Génesis 3
Aquí comienza la segunda sección del Libro de Génesis. Como el primero ha respondido preguntas relacionadas con la creación, el segundo responde a preguntas formuladas en presencia del pecado y el sufrimiento y la tristeza.
La historia de este capítulo es simple y, sin embargo, sublime en su interpretación de la historia humana, ya que estamos familiarizados con ella. El hombre es visto en la inocencia individual y en la inmadurez racial. Para él, una personalidad malvada, radiante en apariencia, hace un llamado. La apelación, en el último análisis, es un cuestionamiento de la bondad y la integridad moral de Dios.
La caída del hombre consistió en el consentimiento para escuchar cualquier apelación de este tipo y en el consecuente fracaso de la fe, que se emitió en definitiva violación de la ley. A la vez se manifiesta el temor en el alma humana. La fe y el miedo son mutuamente excluyentes. Mientras la fe gobierne, el miedo es imposible. El hombre puede tratar de esconderse de Dios, pero no puede escapar de Él, en ese hecho reside la única esperanza del hombre.
Dios se revela maravillosamente en su trato con la situación. Su primera pregunta le emociona al patetarse: "¿Dónde estás?" En todo lo que sigue, es evidente la diferenciación de la justicia más estricta. La serpiente está maldita. La frase sobre la mujer es que en el ejercicio distintivo de su naturaleza, el de la maternidad, ella estará envuelta en tristeza. Sin embargo, a este respecto, se pronunció la primera palabra profética de esperanza: de la simiente de la mujer vendrá el Libertador. La frase sobre el hombre es que, en la actividad más alta de su vida, el de la fatiga sabrá cansancio. Detrás de todos los movimientos de la ley se mueve el corazón del amor, y esto se ve finalmente en la exclusión de Adán y Eva del árbol de la vida para que no perpetúen las condiciones en que habían pasado como resultado del pecado.
