27 de enero
Biblia en 365 Días

Éxodo 28-29
Éxodo 28
El relato del llamado y la santificación de los sacerdotes para el ejercicio de su sagrado oficio se detalla. Los valores pendientes se revelan en ciertas declaraciones claras. El propósito del robo de los sacerdotes se declara en las palabras: "... hagan las vestiduras de Aarón para santificarlo, para que pueda ministrarme en el oficio de los sacerdotes". Un estudio cuidadoso de la descripción de estas prendas revelará mucho que es importante para comprender el pensamiento divino sobre el sacerdocio.
Tomándolos brevemente, no en el orden aquí descrito, sino en el de la túnica real, notamos primero que la ropa interior debía ser de lino fino, símbolo de la necesidad de pureza personal. Cubriendo esto estaba la túnica del efod, todo azul; esto en imágenes orientales sugiere la necesidad de familiarizarse con las cosas celestiales. La campana y la granada alternadas en las faldas de la túnica del sacerdote eran típicas de su obligación de testimonio y fructificación. Sobre estos se colocó el propio efod, la prenda esencial de la función sacerdotal, mientras que en la cabeza descansaba la mitra sagrada, o corona sacerdotal. Completando la ropa gloriosa había adornos de gran belleza. Unida a la mitra en la cabeza había una placa con la inscripción "SANTO AL SEÑOR", cuyo significado es evidente. Sobre los hombros, las piedras de ónice grabadas con los nombres de las tribus indicaban el oficio de llevar sus cargas. En el corazón descansaba la coraza, con los nombres de las tribus inscritas allí también en piedras preciosas. En el centro de esto estaban los místicos Urim y Thummim. Todo esto tenía la intención de enfatizar que el oficio del sacerdote era llevar a las personas en su corazón para descubrir la mente divina y la voluntad con respecto a ellos.
Éxodo 29
La santificación de los sacerdotes consistía en una triple función: ablución, arraigo y unción. Al acercarse con sacrificios y ofrendas, primero se realizaba el lavado en agua y luego el arreglo en las vestiduras sagradas. La ceremonia de consagración, con sus sacrificios y unciones, enfatizó la pureza necesaria por parte de quienes ejercen el oficio del sacerdocio.
Aarón, limpio y ungido, procedió al servicio, y las ceremonias enfatizaron que la consagración del sacerdote debe expresarse en el servicio real. Todos estos ritos y ceremonias debían ser observados, no solo por Aarón, sino también por sus hijos.
Después de estas instrucciones sobre la santificación de los sacerdotes, encontramos instrucciones sobre las ofrendas diarias. Estos se tratan con más detalle en el Libro de Levítico. En la provisión hecha para la ofrenda de un cordero mañana y tarde, junto con una ofrenda de comida y una ofrenda de bebida, Jehová prometió que por este medio se reuniría con ellos y moraría entre ellos y les haría conocerlo. Por lo tanto, la verdad, a la vez simbólica y gloriosa, debía mantenerse perpetuamente ante el pueblo, que Dios solo podía encontrarse con ellos a modo de sacrificio y con la condición de su devoción a sí mismo.
A través de todas estas disposiciones detalladas para la organización de las personas, es de suma importancia que tengamos en cuenta la intención más completa de Dios de que otras naciones puedan llegar a conocer la bendición de las personas directamente gobernadas por Él mismo.
