05 de enero

Biblia en 365 Días

Génesis 16-18

 

Génesis 16

La historia anterior hace evidente que el principio de la fe es la verdadera filosofía de la vida. Se basa en Dios y está satisfecho con él. Por lo tanto, se convierte en la fuente de toda rectitud. La fe, por lo tanto, es la actividad más elevada de la razón.

Todo esto se destaca en vitalidad aún más sorprendente por contraste en la historia contenida en este capítulo. Aquí tenemos el relato del segundo desvío de la fe en la conducta de Abram. Es triste y el problema del fracaso continuó a través de la siguiente historia. El fracaso de la fe consistió en que Abram intentara, por instigación de Sarai, promover los propósitos de Dios mediante la astucia y el arte humano. La semilla fue prometida y cuando no parecía probable que la promesa se cumpliera en el nivel humano, se desvió de la línea divina para elevar la semilla a través de Agar.

La cosecha de esta locura Abram comenzó a cosechar casi de inmediato en la división de su propia casa y la amargura que surgió allí entre Sarai y Hagar, y el vuelo final de Agar a través del trato severo de Sarai con ella. El resultado de largo alcance se encuentra en la historia de la posteridad de Ismael como una fuente constante de problemas para la posteridad de Isaac. Donde falla la fe, se produce el mal, cuyos problemas son de gran alcance.

Sin embargo, hay una parte muy hermosa de esta historia en la ternura de Dios hacia Agar, el agraviado; y en su reconocimiento de Él y el consecuente nombramiento del pozo en el desierto por el cual ella probablemente se había hundido exhausta. Se llamaba "Beer-lahai-roi", es decir, "El pozo del que vive que me ve".

 

Génesis 17

Este capítulo da cuenta de la quinta aparición de Dios a Abram en la cual se hizo un pacto divino. En este punto, su nombre cambió de Abram, que significa padre exaltado, a Abraham, que significa, padre de una multitud. El cambio fue significativo, ya que puso énfasis no en la importancia del hombre, sino en el propósito de Dios a través de él. Aquí Jehová se anunció como El-Shaddai, cuyo pleno significado es "Dios todo-suficiente".

Abraham se entregó a la revelación en adoración postrada y así entró en una región aún más alta de compañerismo. Fue ahora cuando se nombró el símbolo de la circuncisión. Este debía ser un signo externo y visible de una relación interna e invisible. Es bueno recordar que, si bien este rito fue en verdad el signo de una relación espiritual, de ningún modo fue caprichoso y cruel, sino higiénico y benéfico. La ciencia médica ahora ha sellado el valor del rito.

En este punto, también el nombre de Sarai se cambió a Sarah. El significado del antiguo nombre es incierto. El significado de lo nuevo es princesa, en el sentido de que ella sería la madre de las naciones. La risa de Abraham, a diferencia de la posterior de Sara, fue la risa de la alegría; y si las preguntas formuladas parecen sugerir duda, el hecho de preguntarles en su rostro ante Dios es evidencia del triunfo de la fe.

Fue ahora que Abraham, en comunión, dio expresión a algo que evidentemente estaba tirando de su corazón. Ishmael era querido por él. La respuesta de Dios no fue la disciplina, sino la realización de un propósito divino. Dios es siempre paciente con nosotros cuando el corazón se aferra en afecto a algún método que no es el suyo. Sin embargo, nunca permite que el hombre de fe tenga su propio camino. Hay una bondad que sería cruel. Hay una aparente crueldad que es la esencia de la bondad.

 

Génesis 18

Este es el relato de la sexta aparición de Dios a Abraham. En él se revelan cuatro fases de relación entre Dios y Abraham. Dios visitó a Abraham y Abraham proveyó para él. Dios otorgó a Abraham y Abraham recibió de él. Dios se comunicó a Abraham y Abraham respondió con la declaración de una dificultad. Dios escuchó a Abraham y Abraham intercedió con él.

La imagen de Abraham que provee a los Visitantes sobrenaturales es hermosa en su revelación de su amor y lealtad; pero aún más en su manifestación de la gracia de Dios.

Jehová ahora le comunicó a Abraham su propósito concerniente a las ciudades de la Llanura y sus razones para hacer esta comunicación fueron declaradas. Abraham fue el depositario de bendición para las naciones. Era apropiado que sus hijos supieran el significado de la destrucción de Sodoma.

Abraham se encontró confrontado con una dificultad que tenía que ver con la estricta justicia de Dios; y su pregunta, "¿no hará bien el Juez de toda la tierra?" reveló su ansiedad por la vindicación del carácter de Dios entre las naciones. La historia de la intercesión de Abraham con Dios en nombre de las ciudades, en interés de los justos, es una maravillosa revelación de la paciencia de Dios. Él siempre escuchará la intercesión honesta, aunque sabe que Sus caminos son infinitamente mejores, que los temores que impulsan nuestras oraciones. La secuela muestra que en su acción va más allá de todo lo que le pedimos. Abraham se detuvo a las diez. Jehová salvó a los dos o tres en quienes había algún rastro de reconocimiento de sí mismo.