09 de noviembre
Biblia En 365 Días 
Juan 11-12
Juan 11
Aquí tenemos el relato de la última señal forjada por Jesús según lo registrado por Juan, a saber, la resurrección de Lázaro. Muy hermoso a este respecto es la representación del dolor de las hermanas y el método de nuestro Señor de tratar con cada una de ellas. Su acercamiento a la tumba reveló algunas de las cosas más profundas en Su propia actitud. Estaba preocupado por la presencia del pecado y la incredulidad que tuvo su expresión final en la muerte. Sin embargo, actuó con total autoridad, y como señal de Su poder redentor levantó a Lázaro y lo devolvió a sus seres queridos.
Esta última señal levantó la oposición de sus enemigos a la actividad definitiva. La condición degradada de las cosas se ve en el hecho de que los principales sacerdotes, que eran saduceos, hicieron comunes a los fariseos en su acción contra Jesús. Fue en este punto que Caifás dio su consejo caracterizado por la astucia y su desprecio por Jesús. Como resultado, el consejo determinó la muerte del Maestro. Fue entonces cuando Jesús se retiró a "un país cercano al desierto", donde se quedó un tiempo con Sus discípulos.
Juan 12
Las sombras de la Pasión ahora caían por el camino del Cristo. En lo que sucedió en la cena tenemos un vivo contraste. María y Judas llaman nuestra atención. Ella, al descubrir las penas de su corazón, se apretó contra él y sacramentalmente expresó su amor. Judas, cegado por su propio interés, criticó su acción y se reveló totalmente opuesto al espíritu del Señor mismo.
De Betania, Jesús pasó a Jerusalén, donde lo recibió un estupendo estallido de bienvenida. Valió poco, como lo demostraron los sucesos posteriores. Sin embargo, se movió a través del presente inútil, transmutándolo en el futuro triunfante.
El incidente de la venida de los griegos está lleno de revelación, ya que extrajo de nuestro Señor esa contemplación de Su propia muerte y Su problema expresado en el símbolo del grano de trigo.
En este punto de su narrativa, Juan muestra cómo, a pesar de todos los signos, la gente no creía; y luego registra lo que parece ser el último testimonio público de Jesús. Es una declaración resumida de Sus afirmaciones, hecha justo cuando la luz del día laboral pasaba y la hora de la oscuridad se acercaba. Nada puede ser más sublime que estas palabras públicas de cierre de nuestro Señor. Están en perfecta armonía con la maravillosa concepción de Él que se nos presenta en este Evangelio como el Amor, la Luz y la Vida del cielo revelados.
