09 de agosto

Biblia En 365 Días                                           

Isaías 54-58

 

Isaías 54

Ahora llegamos a la sección que trata sobre el canto triunfante resultante de la obra del Siervo de Dios, y este capítulo es la canción de la seguridad. Primero expone el glorioso hecho de la restauración. Las personas, abandonadas debido a su propio pecado, deben ser restauradas a la relación sagrada con Jehová, en la cual Él es el esposo. Las fronteras deben ampliarse para que el crecimiento de la gente pueda encontrar espacio, y todo esto porque ha llegado el final del abandono. No debe olvidarse que esta canción de restauración sigue inmediatamente la descripción del sufrimiento y el triunfo del Siervo de Dios.

La segunda mitad de la canción describe la gloria de la restauración. La ciudad se reconstruirá con magnificencia material. Su vida debe estar condicionada en la rectitud moral. Los niños deben ser enseñados de Jehová. La fortaleza cívica es ser la justicia, y toda opresión debe ser desterrada.

Finalmente, las personas reconstituidas deben ser inexpugnables. Ningún enemigo podrá obtener una ventaja sobre ellos, y ninguna arma formada contra ellos prosperará.

 

Isaías 55

Inmediatamente después de la canción tenemos el gran atractivo del profeta. Está hecho en la conciencia de la victoria ganada por el Siervo del Señor y la consiguiente posibilidad de restauración ofrecida al pueblo. Sin embargo, establece claramente las condiciones solemnes sobre las cuales se puede aprovechar la gran disposición.

Primero reconoce la necesidad de las personas en los versículos que describen su condición de sed, de no tener dinero, de gastar "dinero para lo que no es pan", y les insta fervientemente a volverse y escuchar a Aquel que ha sido dado como un "Testigo de los pueblos", como "Líder y Comandante".

En esta segunda parte, la apelación se hace con mayor franqueza, y los términos en los cuales las personas pueden encontrar su camino de regreso a la relación con Dios están claramente establecidos.

Todo termina con una descripción, llena de poesía y belleza, de las condiciones de fecundidad, alegría y prosperidad que deben seguir al regreso al Señor y la sumisión a su gobierno.

 

Isaías 56

Esta división termina con dos capítulos (56 y 57) que exponen ciertos aspectos de la administración del Reino. El primero tiene la intención de consolar a aquellos que por las recientes promesas de restauración hechas al pueblo de Dios probablemente se desanimaron. Los extraños dirían: "El Señor seguramente me separará de su pueblo" y, en vista de la esperanza del crecimiento de la nación, el eunuco declararía: "He aquí, soy un árbol seco". Ambos están consolados. A este último se le promete un memorial y un nombre en la casa de Dios mejor que el de hijos e hijas. A los extraños se les dice que cuando se unan al Señor, para ser sus ministros que aman su nombre, también serán recibidos en su santo monte. Es una declaración que revela la comprensión del profeta de que la victoria venidera tendrá una aplicación más amplia que simplemente para el pueblo elegido.

Si bien hay extraños para los extraños que se someten al Señor, debe haber el juicio más severo del mal, incluso cuando se manifiesta entre las personas elegidas. Las bestias del campo son convocadas para devorar al vigilante ciego y a los líderes borrachos.

 

Isaías 57

Debido al fracaso de estos vigilantes ciegos y líderes borrachos, los hombres justos perecen, mientras que ninguno se lo toma en serio. Además, la gente ha cedido a las malas influencias de tales líderes; Los "hijos de la hechicera" son convocados a juicio. Su pecado ha sido exaltado y manifiesto, y su juicio debe ser conspicuo y completo.

Una vez más, la declaración se dirige a los contritos y penitentes. Jehová se declara como el que habita la eternidad y, sin embargo, habita con el contrito y el espíritu humilde. En el caso de tal, su juicio se convierte en un ministerio de curación. Todo esto nuevamente sigue, y depende del Siervo sufriente como se describe en la sección anterior. Nuevamente, la división termina con una solemne advertencia contra la maldad. Aunque en la economía de Dios el Príncipe debe ser sostenido y finalmente victorioso, no hay paz para los malvados.

 

Isaías 58

Ahora comenzamos la última división del libro, que trata el programa de paz, ya que establece las condiciones, describe la realización final e insiste en un principio de discriminación.

Al tratar con las condiciones, el profeta declara primero los requisitos morales. Este mensaje consiste en una condena del formalismo y una descripción de la verdadera religión. La acusación de Jehová contra el pueblo es que han observado las ordenanzas externas de la religión y, sin embargo, se han quejado de que Dios no les ha respondido. En respuesta a esta queja, Jehová los acusa de egoísmo incluso en la adoración, y declara que su oración no es escuchada, afirmando que no acepta la postración del cuerpo que no está acompañado por la dicción del alma.

En un pasaje lleno de belleza, se describe la verdadera religión, con sus recompensas. Se expresa en la rectitud de la acción y la ternura, que se recompensa con luz y compañerismo, y responde a la oración. En estas observancias externas, como la del sábado, deben estar libres de todo egoísmo y caracterizarse por el deleite en el Señor. A esto le sigue la verdadera exaltación y la realización de las promesas de Jehová.